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ivonneelizabethm

DESPEGANDO A MARTE (PRIMERA PARTE)

Te conocí. Te conocí y no te descubrí, pero sentí tu esencia más allá de tu apariencia.

Pasó el tiempo y me sorprendí con tu capacidad de amar, con tu humildad, con tu sencillez, con tu bondad y tu don de sanar.

Y en medio del caos, te vi.


Te vi, y no dude en atraparte, aunque me dolía lo que creía que no veía, me dolía aunque ya lo presentía.

Desde hace ratos sabía que se daría, porque me llevaste a esa conexión que no sentía, desde niña, porque sos bueno, porque sos correcto.

Porque me llevas a la utopía de a mi corazón sanar.

Porque sos ese ser que me calma, aun en mi tranquilidad, aunque eso requiere de mil vidas vividas y batallas vencidas.


Te tengo, te tengo en cada una de tus historias.

Te tengo a diario y en cualquier horario. Porque sé que al cruzar la puerta te encuentro sin pensar lo contrario.

Porque sos vos, porque me das paz, porque pareces mi hogar.


Y pedí por ti, con una mezcla de vino y de estrellas. Porque en aquel manejar, hablé con Él e insistí.


Hoy que te veo, lo único que pienso es en la completitud que significa tu ser, tan polifacético, tan fuego y agua, tanta ternura y a la vez locura, tan sabio e inocente.

Hoy quiero ser tu musa, tu famosa excusa.

Hoy quiero quererte, con el color de la luna, tan fuerte que a mi alma deslumbra.


Y te quiero,

Porque sos tan real al hablar e inteligente al analizar.

Porque sos quien pedí, porque reunís todo lo bueno que antes conocí.

Porque quiero aprender de ti.

Porque hoy el poema sos vos. Siempre has sido vos.

Y hoy por fin te descubrí.



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