El momento llega
Muchas veces en la vida posponemos sentimientos, situaciones y acciones por miedo. Miedo a lo que habrá después de encarar tal situación, después de expresar tal sentimiento o después de accionar.
Casi siempre esperamos a tener alguna salida segura, pero mientras tanto, seguimos donde sabemos que ya no debemos seguir. Por miedo a sentir o a simplemente dejar de sentir.
Nos acomodamos, nos acomodamos al mañana, y decimos “mañana lo hago” y ese día que es “mañana” decimos también “mañana”, hasta un punto en el que simplemente lo dejamos como algo que haremos cuando “tengamos tiempo”, más no consideramos que ese tiempo perdido, también es compartido.
Y lo sabemos, sabemos que estamos desperdiciando tiempo que pudiéramos ocupar para algo verdaderamente productivo (y con productivo me refiero a algo que te llene a vos, según tu criterio), algo que nos ayude alcanzar ese estado mayor de satisfacción personal. Pero seguimos posponiendo.
Pero el momento llega, y llega porque llega. Y muchas veces arrasa con todo lo que se encuentra en el camino. Llega ese momento en el que todo explota, en el que todo sangra y todo hierve, y en ese momento recapacitamos y decimos “si lo hubiera hecho antes, no hubiese llegado a tanto” “si lo hubiera expresado antes, me habría evitado tales sentimientos”, pero te das cuenta que es demasiado tarde. Y el momento ya arrasó con todo.
Lo bueno de que arrasó con todo, es que te quitas un peso de encima, y ya no seguís posponiendo nada más, ya esa situación que no te dejaba vivir, se fue. Ahora solo queda esperar ese otro momento, pero con fe de que ese momento llegará cuando estes lista/o, y llegará arrasando con todo, pero de una manera positiva, llenándote.
El momento llega, solo espera.
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